Representantes de los cerca de 500 organilleros que quedan en el país acudieron al Congreso de la Ciudad de México para respaldar con su asistencia, para apoyar la petición de la diputada Andrea Vicenteño, con el respaldo y apoyo de la diputada Valentina Batres, para que se declare a este oficio como Patrimonio Cultural Intangible. Los organilleros son de la Unión de Organilleros de México, de ellos quedan 400 en la Ciudad de México y cien en el interior del país. Cabe destacar que al parecer la pobreza extrema llegó al Congreso de la Ciudad de México o a los legisladores y legisladoras se les olvidó la cartera y sólo llevaron sus monederos, pues al pasar el sombrero de los organilleros muy pocos dieron más de 5, 10 o 20 pesos, incluso hubo quienes se hicieron los “occisos” y no aportaron ni una moneda para ayudar a quienes deben ser reconocidos para recuperarse un poco del día de trabajo perdido.